Los romances de Christian no son sorpresa por este motivo siempre tuvo problemas en su primer matrimonio con la paraguaya Gabriela Bo y que posteriormente los llevara al divorcio, la infidelidad fue la causa esgrimida en la corte del juez Gerald Hubbard quien recibió estas acusaciones contra el cantante mediante Javier Pérez Abreusaid, abogado de Gabriela. En ese tiempo se rumoraba que mientras estaba casado con su primera esposa mantuvo contacto con Valeria Liberman quien fue novia anterior al matrimonio con la Bo. Valeria está por ahora sin dar señales de vida, algunos conjeturan que esta pensando en el divorcio al probar una sopa de su propio chocolate, ahora le toca a ella ser la esposa engañada.
Los sucedieron asi: Los esposos Castro Liberman regresaban de un viaje que hicieron a Argentina a principios del 2007 junto con su primogénita Simone, el vuelo estaba programado para hacer escala en Bolivia y finalizar en Miami, es en esa escala donde empieza la historia llena de mentiras de ambas partes, tanto de Christian Castro como de la azafata boliviana Marcela Leite. Este no fue un encuentro fugaz de una sola noche como ambos han querido mostrar sino que según declaraciones de una amiga de la azafata ellos llevaban un historia de amor escondidos de los ojos de la esposa mediante mensajes sms, llamadas de celular y por e-mails, no se especifica cuánto duraron estas comuninaciones ni cuantas veces estuvieron a solas, incluso el cantante quiso llevarse a Marcela para México pero no pudieron por cuestiones de visa; se conjetura que al enfriarse el romance la azafata no fue tonta y sacó fotos en algunos de sus encuentros sabiendo que para Christian la relación sólo era una cana al aire más, fotos que luego fueron publicadas en una revista de espectáculos. Ella afirma que le robaron las fotos de su celular (el cuento de siempre), pero lo cierto es que no iba a salir sin ganancias de todo este enredo. Lo más censurable de todo este escándalo es que apareció la azafata dando entrevista (no creo que gratis), en la cual quiere mostrarse como una inocente niña que fue sin saber que pasaría a la habitación de hotel de un hombre solo (ja,ja,ja,ja,ja perdonen la risa no lo puedo evitar) y no hay que olvidar que la inocente azafata es también casada, además de decir en la entrevista incoherencias para atenuar su bajo proceder, tales como: “Fui a su cuarto, porque me dijo que no podía salir y que quería charlar conmigo, entonces yo lo que hice fue ir a su cuarto, charlamos, nos tomamos una foto y punto" (más risas), “No estuvo insistiendo, fue lo que se dio, si bien no se pudo concretar, sí lo intentó…" (risas más fuertes), “Él me dio su email, yo le di el mío, pero de ahí a que yo lo haya vuelto a ver, no” (esto es de locos). Los hechos están sobre la mesa y es obvio lo que sucedió, veremos en los días que vienen que actitud tomará Valeria Liberman por otro lado solamente sentir verguenza ajena por el papel ridiculo de esta azafata boliviana que mejor se hubiera quedado callada y guardado bien el dinero que ganó con la foto publicada para sacar a su marido a pasear; porque con ella se cumple el dicho "calladita te ves más bonita".
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