Ya no es novedad decir que muchos artistas venderían su alma al diablo, por unos cinco minutos de fama. La publicidad es algo que en México se consigue por medio de escándalos, mentiras, reportajes montados, etc. Todo esto debido a que los programas de espectáculo de las dos televisoras más importantes de México, han tomado ese perfil para sus noticias. Por eso la cobertura que dio Televisa al supuesto infarto de Bobby Larios fue realmente ridículo aunque de alguna manera previsible, sobre todo fue ridícula la cobertura como si fuese una gran estrella, digamos Alejandro Fernández o Gael García. Con sendas entrevistas a la mamá "Doña Chuy" y a su ex esposa Niurka Marcos, la "todo terreno" de Televisa, la cobertura del infarto, que al final fue "casi infarto", que al final solo fue que sintió que se le aceleraba demasiado el corazón, ya ni para la risa. Solamente nos faltará que esta semana que viene nos arrime Televisa por medio de sus programas de chismes, un reportaje del tobillo torcido de Niurka, los dolores de estómago de Carmen Campuzano o quizás las varices hinchadas de Wanda Seux.
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